De la “Employee Experience” a la “Human Experience”: la pandemia impone nuevas tendencias en Recursos Humanos
Según un estudio, más del 80% de los encuestados siente que no puede brindar todo su potencial en el trabajo porque no tiene pasión por lo que hace. Ciertamente el concepto de happyshifter es una nueva tendencia dentro del mundo laboral, donde los profesionales priorizan la felicidad en el empleo y esto representa un fuerte desafío para las empresas.
El concepto de Employee Experience se revela insuficiente ante una nueva normalidad que está requiriendo cambios cada vez más acelerados en los entornos corporativos. La cultura es lo que permite afianzar objetivos y búsquedas en común, y funciona como un marco y horizonte compartido para todos los colaboradores. Por eso, los expertos en HR sugieren empezar a considerar marcos más cualitativos o soft, como puede ser la HX o human experience.
“La cultura no puede simplemente estar, hay que gestionarla, y de manera eficiente. Es fundamental escuchar la voz de los empleados para identificar las fortalezas y debilidades de la empresa. Las encuestas, por ejemplo, son excelentes predictores de comportamiento y son un vehículo para cambiar el comportamiento”, comenta Jimena Burdman, Directora de Organizational Development en Spark Digital, desarrolladora de software argentina con más de 300 empleados en todo el mundo.
La cultura y el liderazgo están innegablemente vinculados. “Los líderes organizacionales pueden moldear la cultura, a través de acciones tanto conscientes como inconscientes (a veces con consecuencias no deseadas). Los mejores líderes con los que he trabajado son plenamente conscientes de cuán poderosamente influyen sus palabras y acciones en la cultura que los rodea”, completa Burdman.
Desde Spark Digital aseguran que es aquí cuando cobra sentido la práctica de construcción de cultura como una auténtica creación de declaraciones de valor. La gente observa todo lo que hacen los líderes. Si no exhiben los comportamientos que reflejan los valores, los valores no tienen sentido.
La misión de obtener felicidad y la creación de contextos de bienestar hoy es una prioridad absoluta para las personas y para las empresas, sobre todo en los complejos contexto de pandemia.
En este nuevo escenario, entonces, es vital detenerse a pensar nuevos paradigmas, prácticas y actividades disruptivas que sumen valor y consideren la dimensión humana como central para el desarrollo de las personas y, por ende, de las organizaciones.