Comunicado de Eduy21 “Cambio educativo y educación para el cambio”

Comunicado de Eduy21 “Cambio educativo y educación para el cambio”

Ante la situación que está viviendo la sociedad uruguaya en su conjunto y especialmente la educación, Eduy21 asume el compromiso de compartir con las autoridades y con la sociedad civil en su totalidad, una serie de consideraciones y propuestas.
La infancia y adolescencia se han visto fuertemente afectadas por la Pandemia de COVID -19 a nivel físico, emocional y social. Esta situación se ve particularmente agravada en aquellos sectores que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social.
En nuestro país las medidas gubernamentales tomadas contra el COVID, las fortalezas del sistema de salud, la buena capacidad de testeo y rastreo epidemiológico, sumado a la educación cívica y el compromiso de la población, han permitido que la epidemia se mantenga bajo relativo
control.
En el mes de agosto el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) recomendó el incremento de la presencialidad en educación inicial y escolar. Desde esa fecha se ha venido ratificando por parte de los científicos, que la diseminación de la infección entre los menores de 12 años es baja, y que incluso cuando no concurren a clases tienen mayor contacto con adultos, muchas veces, de riesgo.
En el mismo sentido el Director del Instituto Pasteur Carlos Batthyány advirtió sobre “el error de tomar de rehenes a quienes siempre están al final de la cadena de contagios”.
Demandas y desafíos de la educación en este contexto.
El mes de abril el Comité de los Derechos del Niño instó a los Estados a considerar impactos sanitarios, educativos, económicos y recreativos. Solicitando también que el aprendizaje en línea no profundice las desigualdades ni reemplace la interacción alumno-maestro.
En consonancia, la Sociedad Uruguaya de Pediatría recomendó el regreso de niños y niñas a las clases presenciales, entendiendo que la escuela es un factor protector contra otros problemas de salud vinculados a aspectos emocionales, el trastorno de sueño o la obesidad.
Por su parte UNICEF solicitó a los países, realizar los mayores esfuerzos para el retorno de los niños, niñas y adolescentes a los centros educativos, atendiendo al impacto negativo que la inasistencia ha causado a nivel de salud física y mental, nutrición, seguridad y aprendizajes.
Es necesario también tener en cuenta la encuesta docente implementada en el mes de julio en nuestro país por ANEP, en donde se recogieron valoraciones centradas en el período de suspensión de las clases presenciales. Allí se evidencia según los maestros, que solo el 50% de
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los alumnos participó de manera activa de las propuestas educativas. Por su parte los profesores identifican que en educación media el promedio de participación activa fue de un 49%.
La continuidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el marco de la pandemia enfrenta desafíos vinculados a las posibilidades de acceso a las plataformas digitales, la formación docente para el desempeño en entornos virtuales o el manejo de la simultaneidad presencialidad virtualidad, a las capacidades familiares para acompañar la educación a distancia, y a las
estrategias de los centros educativos para ampliar la presencialidad.
¿Cómo avanzar en este contexto? Aportes para el desarrollo de la educación presencial y la transformación del sistema educativo.
Desde Eduy21 entendemos que, en el marco del respeto por las medidas sanitarias tomadas por las autoridades, es imprescindible avanzar hacia la plena presencialidad de niños, niñas y adolescentes, en los centros educativos de educación formal.
Esto tiene razones fundamentales.

  1. Asegurar el derecho a la educación y el cuidado de toda la población infantil y juvenil del Uruguay.
  2. Apoyar a las familias que ven sensiblemente afectada su calidad de vida en este contexto de pandemia.
    La labor del plan Ceibal sumada a la conectividad del país y las acciones llevadas adelante por las autoridades, han permitido dar continuidad a través de plataformas digitales, a la tarea educativa en tiempos de pandemia.
    Jardines, escuelas, liceos y escuelas técnicas, hoy, están abiertos con distinta frecuencia de presencialidad. Esta situación también fue posible por gran compromiso llevado adelante especialmente por maestras, profesores, educadores y directores de los centros educativos, que desde el 13 de marzo han asumido el compromiso de sostener la educación pública, aprendiendo a desarrollar estrategias no presenciales de enseñanza, dialogando con las comunidades de
    padres y, sobre todo, convirtiéndose en sostenes afectivos y cognitivos para cientos de miles alumnos.
    Sin embargo, es necesario hacer visible que la educación en línea no ha llegado a todos y que se registran situaciones de disparidad en los distintos centros educativos en relación a la frecuencia de presencialidad, afectándose la continuidad de aprendizajes y la dinámica cotidiana de las familias.
    En este sentido Eduy21 plantea líneas de acción que entiende, configuran un aporte ante la situación de emergencia que vive la educación:
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    Acciones de política educativa
  • Creación de Grupo Asesor Educativo Honorario (GAEH), cuyo cometido sea asesorar al Parlamento y a las autoridades, proponiendo acuerdos amplios para el desarrollo de una planificación sensible a la situación de pandemia, con propuestas que garanticen el derecho a la
    educación de todos los niños, niñas y adolescentes del país.
    Este grupo asesor con foco en la educación promoverá la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje privilegiando la salud, el bienestar y la equidad.
    Desde una perspectiva integral y de inclusión educativa, el grupo asesor buscará articular ámbitos educativos y propuestas socioeducativas, prestando especial atención a sectores en
    situación de vulnerabilidad social, con el objetivo de afrontar la profundización de la brecha educativa y los efectos de la pandemia de COVID 19.
  • Generación de un fondo COVID -19 de emergencia para la educación, administrado a través de un fideicomiso que permita financiar acciones oportunas y efectivas, orientadas fundamentalmente a la ampliación de capacidades del sistema educativo para sostener la
    presencialidad y la revinculación en los centros educativos.
    En un escenario donde se necesitará ampliar los espacios educativos y la proporción de adultos por estudiante, resulta imprescindible destinar los recursos económicos fundamentales para que
    ello sea posible.
  • Desarrollo de las comisiones departamentales de educación. Las mismas deberán hacer un mapeo general de los recursos edilicios (ya sea de centros educativos como de diversas instalaciones llevadas adelante por la Sociedad Civil) para que estos puedan ser espacios
    adecuados que permitan la presencialidad sostenida, sistemática y permanente en el conjunto de la educación obligatoria.
  • Creación de equipos que apoyen la revinculación de los niños, niñas y adolescentes en los centros educativos, apelando a la incorporación de profesionales y estudiantes avanzados de áreas sociales y educativas para un abordaje comunitario en todo el territorio durante el 2021.
  • Generar mecanismos de consulta que brinden mayores oportunidades para que las opiniones de las familias y la de los niños, niñas y adolescentes sean recabadas y tomadas en cuenta en las definiciones que se tomen.
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    Acciones curriculares
  • Reorganización del calendario escolar en bloques bimestrales, donde haya al final de los mismos evaluaciones claras que den evidencia de los procesos de aprendizaje de cada niño, niña o adolescente.
  • Incorporación a los espacios de formación docente inicial (institutos magisteriales y de formación de profesores), de propuestas educativas para el abordaje de la enseñanza en el modelo híbrido (presencialidad -virtualidad).
  • Incorporación masiva a la formación docente continua de herramientas de trabajo sostenido y planificado del modelo híbrido.
  • Generación de apoyos a las familias para garantizar el acceso a las condiciones requeridas para que los modelos híbridos de educación constituyan un instrumento igualador de oportunidades en las instancias que sea necesario reducir la presencialidad plena en los centros educativos.
  • Tender a la ampliación del tiempo pedagógico en territorios del país en donde se registren los mayores índices de vulnerabilidad social, apelando a una coordinación estrecha con recursos comunitarios y organizaciones de la sociedad civil.
  • Asegurar el suministro del servicio de alimentación escolar, extendiéndose a educación media básica.
    Por último, reafirmamos la necesidad de avanzar en el mediano plazo hacia un modelo de educación con ciclos educativos compactos que supongan una educación básica de 4 a 14 años, así como una educación de adolescentes y jóvenes de 15 a 18 años.
    La evidencia en el mundo demuestra que este tipo de modelos, ofrecen mayores oportunidades de continuidad curricular y pedagógica, y que son una vía para superar problemas de
    continuidad de aprendizajes entre educación primaria y media, fortaleciendo las posibilidades de acompañamiento educativo en situaciones de crisis.
    En este contexto, reiteramos que las políticas educativas necesitan de acuerdos nacionales que incorporen al conjunto de los sectores políticos y recojan el aporte del conjunto de la sociedad
    civil y especialmente de los docentes, estudiantes y familias.
    Sostenemos también, que en momentos de dificultades presupuestales como los que vivimos en la actualidad y que seguramente se mantendrán en el año próximo, la inversión en políticas
    sociales y educativas de atención a niños, niñas y adolescentes es una apuesta impostergable para estos sectores y la sociedad en su conjunto.
    Eduy21 “Cambio educativo y educación para el cambio”

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