Mitos y verdades sobre los test de ancestralidad
El interés del ser humano por profundizar en sus raíces y avanzar en el autoconocimiento aumenta cada año. Esto llevó a que un sector de la ciencia pusiera foco en crear pruebas que permitan obtener datos cada vez más concretos sobre el vínculo entre las personas y sus antepasados, con resultados sorprendentes.
Los estudios de ancestralidad son cada vez más frecuentes en todas partes del mundo. Aquel procedimiento que antes estaba pensado para un público selecto debido a su elevado costo, ahora se encuentra disponible para un mayor número de personas y puede realizarse desde la comodidad del hogar, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías de análisis.
Con una simple recolección de muestras de ADN es posible conocer de una forma entretenida e interactiva las regiones de dónde vinieron los antepasados de cada uno.
¿En qué consiste?
El Test de Ancestralidad Global analiza miles de puntos del ADN y proporciona los valores porcentuales de la ubicación biogeográfica del material genético de la persona, con una influencia de hasta cinco generaciones, es decir, hasta 16 tatarabuelos o tatarabuelas.
El resultado del test muestra los porcentajes de cada ancestralidad genética. A modo de ejemplo, una persona puede tener un 40% de ascendencia europea, un 20% del Medio Oriente, un 20% africana y un 20% centroamericana, con las subdivisiones dentro de cada continente. En cada caso, la presentación de los resultados puede variar, ya que la precisión de la ubicación depende del tamaño de la base de datos de la empresa contratada.
Uno de los principales mitos relacionados a esta técnica hace referencia a que los resultados de test efectuados a dos hermanos deberían ser iguales. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que no es así y los motivos se centran en los principios de la Genética Mendeliana.
Los seres humanos tienen un total de 23 pares de cromosomas: 22 de los cuales son autosómicos, es decir, no tienen que ver con el sexo biológico del individuo. Sin embargo, estos pares no son idénticos.
Como los cromosomas autosómicos (y también los sexuales) son heredados de los padres, se produce una mezcla de información genética pasada de generación en generación de forma aleatoria. Un 50% de la información genética proviene de la madre y un 50% del padre. Así, la cantidad máxima de ADN que podemos heredar de una abuela es un 25% y, consecuentemente, un 12,5% de los bisabuelos.
Durante el proceso de reproducción, específicamente en la meiosis, ocurre la recombinación genética, es decir, el intercambio aleatorio de material genético. La gran contribución de la meiosis a la variabilidad genética es la capacidad de combinar los genes heredados del padre y de la madre de manera diferente. Por esa razón, a menos que sean gemelos idénticos, los hermanos siempre tendrán algunas diferencias en sus códigos genéticos y es posible, entonces, que no hereden la misma ancestralidad genética.
Por lo tanto, si dos test de ancestralidad realizados por un par de hermanos arrojan resultados diferentes, se trata de una circunstancia perfectamente normal y avalada por la genética.
En Uruguay, el laboratorio Genera cuenta con kits de ancestralidad global que brindan un mapeo genético completo a través de un procedimiento sencillo, con una respuesta lista en un período no mayor a 30 días hábiles.
En tres simples pasos (comprar y recibir el paquete en el domicilio, recoger la muestra de ADN a partir de la saliva y enviarla al laboratorio para su estudio), los usuarios pueden acceder a este servicio, que ya ha sido utilizado y recomendado por miles de personas. Los detalles de los distintos test, así como el enlace para adquirirlos, se encuentran disponibles en el sitio web de la compañía, www.genera.com.uy.